Una de las cosas que mas me gusta de vivir en Antas son sus tradiciones, que pasan de generación en generación. Esta semana hemos celebrado “el día de la vieja”, una de las fiestas locales mas divertidas que conozco. El “día de la vieja” tiene lugar siempre el jueves que media la cuaresma y consiste en disfrutar de un día de comida colectiva en el campo. La principal protagonista de este evento es “la vieja”, una mujer construida sobre una cruz de cañas, recubierta de papel de colores, con vestido, delantal y un pañuelo sobre la cabeza. Su interior está lleno de chucherías y llegado el momento se coloca a una distancia prudencial y se tiran piedras hasta que se rompe y se pueden sacar las golosinas de su cabeza.
Esta fiesta tiene su origen en la tradición popular de “partir la cuaresma” para amortiguar los rigores de la misma, especialmente el ayuno y abstinencia. En realidad es una ocasión perfecta para pasar un día en el campo con familiares y amigos. En Antas nos reunimos en el Cabezo de María, un cerro volcánico en cuya cima hay una Ermita. Desde el día anterior la gente va reservando su sitio para celebrar “la vieja”. Os puedo asegurar que no cabe un alfiler, hay grupos debajo de los olivos centenarios, otros montan su propio chambao y algunos valientes se arriesgan a hacerlo bajo el sol.
Este año he pasado “la vieja” con Paco y su mujer Dolores, Anita, Paquita, Leticia y muchos amigos más. Mientras los mayores charlamos sobre lo divino y lo humano, los niños corretean, suben al Cabezo de María y hacen trastadas variadas. Hemos comido desde jabalí hasta bizcocho de “Adopta un Naranjo” y hemos “partido la vieja” pero lo más importante, es que hemos pasado un día rodeados de gente a la que queremos y que nos quiere. ¡¡El año que viene os invitamos a que vengáis a Antas y lo disfrutéis con nosotros!!
