Archivo de Noviembre de 2010

Mientras paseo con Bimba

Lunes, 22 de Noviembre de 2010

Por las tardes, siempre que tengo un rato, una de las cosas que más me gusta es salir a pasear acompañada de mi perrita Bimba. Juntas disfrutamos  del campo y cada día nos tropezamos con distintas aventuras, entre ellas un rebaño de cabras que Bimba miraba asombrada, aunque no tanto como cuando nos encontramos con Pilar y su gallina.

A Bimba le encanta jugar entre los naranjos y limoneros, correr detrás de las mariposas o de cualquier cosa que se mueva. Luego hacemos un descanso y nos tumbamos entre las flores mientras vemos como se va haciendo de noche.

Esta semana también nos hemos encontrado con Francisco Aznar que nos ha regalado mandarinas. Y tengo que decirlo ¡¡Son las mejores del mundo!! Dulces y con mucho zumo. Si las encontráis en algún supermercado no dejéis de comprarlas porque son deliciosas.

También hemos visto a Luis Segura, que nos ha contado que Simba está embarazada y dentro de poco tendrá una camada de perritos. ¡¡Todos estamos esperando impacientes saber como serán!! Prometo fotos de la nueva familia.

Como decía el novelista francés André Maurois para ser feliz sólo hace falta un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio y la paz del espíritu y aquí en Antas, es posible cada día

Historias de Halloween

Lunes, 8 de Noviembre de 2010

Hola a todos, aunque con un poco de retraso aquí va una historia de Halloween local. Entre los pueblos de Antas y Cuevas del Almanzora hay un paraje montañoso conocido como “El Zorzo”. En sus inmediaciones había una cortijada que aunque hoy nadie recuerda, fue testigo de un drama que dio origen a la leyenda de la “Encantada del Zorzo”

La historia comienza con un grupo de jinetes que se disponía a recoger un pequeño campamento improvisado para pasar la noche, cuando en el horizonte una columna de humo procedente de un cortijo cercano llamó la atención de algunos de ellos. Ante la vista de aquella señal, todos parecían saber lo que tenían que hacer. Nueve hombres de entre veinte y cuarenta años, empezaron a preparar sus monturas entre risotadas siniestras que parecían anunciar la tragedia.

Mientras tanto en el interior del cortijo se preparaban para celebrar una fiesta en honor de La Candelaria. Se había elaborado una comida típica de la tierra a base de migas, caldo de pimentón y asados. Cuando todo estaba dispuesto para que la fiesta comenzara, dieron aviso del grupo de jinetes que se aproximaba a caballo.

Aquellos hombres afirmaron haberse sentido atraídos al escuchar la música y las canciones. Explicaron que alejados de sus hogares les había animado la idea de compartir esos momentos de alegría. Fueron invitados a comer y beber con ellos. Los recién llegados nunca se desprendieron de sus armas, lo que levantó las sospechas de algunos. Pero todo fueron en vano, los forasteros empezaron a cobrarse víctimas llenado de horror la estancia.

En una esquina de la habitación una joven, paralizada por el dolor y la sorpresa, contemplaba inmóvil el terrible espectáculo. Sostenía entre sus manos una zambomba y comprendiendo que su fin estaba próximo entonó, al son de la zambomba, una lenta maldición cuyos versos aún se recuerdan: “Escuchad a quien os habla ya desde la muerte. Malditos seáis vosotros y vuestros descendientes. No habréis de tener jamás días de gozo, mientras las gentes recuerden la mantanza de El Zorzo”

Durante muchos días y noches los vecinos aseguraron haber escuchado gritos y ecos de tristes melodías acompañadas por el sonido grave de una zambomba. Para estar seguros de que sus oídos no les estaban jugando una mala pasada, se preguntaban unos a otros si habían escuchado el lamento de “la encantá”

Durante muchas generaciones miles de personas fueron testigos directos de este extraordinario fenómeno. Los más escépticos organizaron expediciones para rastrear la zona, pero nunca descubrieron el lugar del que salían las voces. Según afirman los más ancianos, la última vez que se oyó el lamento de la zambomba, fue en vísperas de la Guerra Civil. Pero a mí me han asegurado que en fechas próximas a La Candelaria, algunas noches se puede sentir el triste sonido de una zambomba que, nadie sabe decir de donde procede. Yo nunca lo he escuchado, pero para la próxima Candelaria prometo mantenerme alejada de El Zorzo, por si acaso…